La zona del triunfo

La celebración de los premios de la Academia de Artes Cinematográficas, el Oscar, fue como una mala película: predecible, blanda, lenta al principio y apresurada al final.


La sorpresa más grande de los premios Óscar es que no hubo sorpresas. La mayoría de las predicciones se cumplieron. Aun así, el mayor premio de la noche coronó un hito histórico: Kathryn Bigelow se convirtió en la primera mujer en recibir el galardón como Mejor Directora, un campo casi completamente dominado por hombres.

La película de Bigelow, Zona de Miedo, arrasó a la competencia llevándose las estatuillas en cuatro de las categorías artísticas más importantes: Mejor Película, Dirección, Guión Original y Edición. Además, se agenció dos premios en las categorías técnicas de sonido.

Con el presupuesto más alto de la historia, Avatar, la película fantástica de James Cameron es un monstruo de la industria: una obra de gran belleza visual que también se ha convertido en la película más taquillera de todos los tiempos. Entonces, ¿por qué triunfó Zona de Miedo?

Hay dos razones que explican por qué la película de Bigelow imperó sobre Avatar. La primera es matemática: la metodología de votación para la categoría de Mejor Película cambió.

Este año, la Academia elevó a 10 el número de nominados, pero le exigió a los electores que votaran por las 10 películas por medio de un sistema de calificación.

El resultado de este sistema es que gana la película por la que todos los electores votan de manera más consistente, no por la que tiene más seguidores.

Por ejemplo, supongamos que de las 10 películas el 45 por ciento de electores votó por Avatar como la mejor, el 40 por ciento por Zona de Miedo y el resto por Preciosa. Ante este panorama, Zona de Miedo podría haber ganado si acumuló un puntaje mayor como la segunda elección de los que votaron por Avatar y por Preciosa.

La segunda razón para el triunfo de Zona de Miedo es sociológica. Ninguna otra película representa mejor el estado de ánimo de los Estados Unidos, que se encuentra en una difícil encrucijada económica y moral.

El coraje de los personajes del filme ganador, que se mueven y hacen su trabajo con profesionalismo en un mundo incierto y peligroso, es la mejor alegoría de lo que sucede con el alma del norteamericano común y corriente.

Hay una tercera razón, por supuesto: vistas bien las cosas, Zona de Miedo es una gran película. A su lado, Avatar se siente sentimental. Zona de Miedo no hace concesiones de ningún tipo. ¿Quién podría adivinar que la mano dura e implacable que la dirige es la de una mujer?

España perdió en la categoría de Mejor Película Extranjera ante la dura competencia latina, una película de Perú y otra de Argentina. Perú no ganó, pero no desmerece la nominación y eso, por sí solo, es histórico. Argentina se llevó la estatuilla y esto fue un premio para toda Latinoamérica.

Actos predecibles

Todas las predicciones en las categorías de actores y actrices se cumplieron. En el caso de Jeff Bridges, uno de los grandes actores de su generación, la justicia histórica se impuso; su felicidad, casi infantil, era merecida.

Pero qué decir de Sandra Bullock, que recibió el premio con un poco de vergüenza. Un día antes recibió en persona, con inusual valentía, el premio Razzie a la Peor Actriz del año. El suyo es el dilema de la actriz que debe hacer películas muy malas para sobrevivir. Bullock merecía este premio, pero no cambia en nada la percepción que tenemos de ella.

Si el galardón a la Mejor Actriz se hubiese otorgado a Gabby Sidibe, de la desgarradora Preciosa, el mundo del cine habría sido estremecido hasta la médula. Si lo hubiese ganado Carey Mulligan, la nueva estrella de Una Educación, el honor habría sido para la Academia misma al engalanarse con su juventud y su entusiasmo, aunque no tengo ninguna duda de que Mulligan lo ganará en el futuro.

Otro premio predecible pero cuestionable es el de Guión Original otorgado a Mark Boal. Sí, Zona de Miedo es interesante, pero, ¿cuál película contó con los diálogos y las escenas más memorables del año creadas por un escritor? La innegable respuesta: Bastardos sin Gloria.

El premio más cuestionable de la noche fue por el de Mejor Cinematografía que recibió Avatar. ¿Por qué una película creada mayoritariamente por dibujantes en computadoras recibe un premio de fotografía? El Listón Blanco, que cuenta su historia por medio de imágenes inquietantes merecía este premio.

Los inolvidables

De las figuras del cine que fallecieron en el 2009, pocos son tan recordados por la nueva generación de cineastas como John Hughes, cuyas películas centradas en las vidas de adolescentes marcaron a la generación que se formó en las décadas de 1980 y 90.

Por lo tanto, el breve homenaje especial a su carrera fue también una celebración familiar y nostálgica para los profesionales del cine actual. El montaje usual de las estrellas que la industria perdió en el 2009 se llevó a cabo como siempre, pero con una falta imperdonable.

Los organizadores olvidaron incluir a Farah Fawcett, la más famosa de las originales Ángeles de Charlie; una modelo que embelleció con su amplia sonrisa y sus exuberantes flecos rubios los dormitorios de millones de adolescentes en la década de 1970.

Farah Fawcett no sólo fue una cara bonita. Eventualmente se convirtió en una gran actriz que asumió papeles difíciles en el cine y la televisión. Pasados los 60 años, realizó un desnudo de cuerpo entero ante cientos de paseantes de un centro comercial, para una película de Robert Altman, y aún era una belleza impresionante.


Originalmente publicada en El Diario de Hoy, el martes 9 de marzo de 2010, San Salvador.

© 2010, Jorge Ávalos.

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